FUENTE : RADIO POLAR
Según los científicos, la extracción del agua subterránea se convertirá dentro de poco en un factor que contribuirá al aumento del nivel del mar tan importante como el derretimiento de los glaciares.
Esto se debe a que el agua que se extrae para regadío, agua potable o incluso uso industrial debe ir a parar a algún sitio después de ser utilizada: puede ir directamente a los ríos, evaporarse y caer en forma de lluvia o acabar en el océano.
Para averiguar el efecto que podría tener en el nivel del mar, un equipo de científicos de los Países Bajos liderado por Yoshihide Wada, de la Universidad de Utrecht, dividió la superficie de la Tierra en cuadrículas de 50 kilómetros cuadrados para calcular el uso presente y futuro de agua subterránea.
Además, recurrieron no sólo a estadísticas actuales de cada país, sino también a estimaciones de crecimiento y desarrollo económico, y tuvieron en cuenta el impacto del cambio climático.
Debido a que los acuíferos, la capa de agua que se almacena bajo la superficie, pueden rellenarse, los científicos utilizaron modelos climáticos e hidrológicos para calcular la tasa de «recarga» de agua subterránea de cada región. A partir de esos datos dedujeron la tasa neta de extracción de agua subterránea.
Los nuevos depósitos construidos sobre el suelo pueden compensar la pérdida de agua subterránea, pues, según Wada, retienen el agua que podría llegar hasta el mar.
Antes de 1990, la tasa de compensación era tan alta que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas no tuvo nunca en cuenta la extracción del agua subterránea a la hora de anticipar el nivel del mar del siglo XXI.
Sin embargo, «en la actualidad es prácticamente insignificante» afirma Wada. «No hay muchos sitios en los que se puedan construir nuevos depósitos».
El equipo ya ha concluido que la extracción del agua subterránea añade al nivel del mar 0,6 milímetros. Según el experto, el crecimiento de la población, el desarrollo económico y el aumento de la irrigación como consecuencia del calentamiento global añadirán para 2050 0,82 milímetros al año, suficiente para elevar 31 milímetros el nivel del mar en relación con 1990.
Según algunas estimaciones, entre 2050 y 2100 el nivel podría aumentar a mayor velocidad aún.
De este modo, podemos afirmar que la extracción de agua subterránea añade un 25% a los niveles previstos, convirtiéndose así en el mayor factor que contribuye al aumento del nivel del mar, después del derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida.
Es más, la extracción de agua subterránea no es la única forma de que el agua almacenada en la tierra encuentre su camino hasta el mar. El drenaje de humedales, según Wada, tiene el mismo efecto.
Incluso la deforestación se suma al efecto, puesto que los árboles retienen grandes cantidades de agua que se evaporan cuando la madera es utilizada para fabricar papel, por ejemplo.
«Esa agua también acaba en el océano», afirma Wada.
En suma, estos pequeños factores añaden casi otro 6% al efecto total.
Sin embargo, otros científicos se muestras escépticos. «Es un estudio interesante», afirma Ken Caldeira, experto en clima del Instituto Carnegie de Ciencias de Stanford, California (Estados Unidos).
En su opinión, los científicos podrían haber errado en sus conclusiones al no tener en cuenta que el agua subterránea alimenta los manantiales, que a su vez alimentan los ríos. Si baja el nivel freático (el lugar donde se encuentra el agua subterránea), se reduce la corriente de los manantiales, compensando parcialmente así el efecto al disminuir la cantidad de agua que llega al mar.
Además, señala, el estudio prevé que la reducción de agua subterránea y los efectos relacionados provocarían una subida del nivel del mar de 10 centímetros para 2100.
Otro problema es que el estudio no tiene en cuenta la dificultad de extraer agua de los acuíferos «empobrecidos», como señala Leonard Konikow, de la oficina de Reston (Virgina) del Servicio Geológico de Estados Unidos. «La tasa de extracción tiene que disminuir necesariamente».
Wada reconoce que no tienen datos al respecto. «Si baja mucho el nivel freático, el que no tenga la mejor tecnología no podrá seguir extrayendo».
Según Konikow, su propio estudio, publicado en Geophysical Research Letters, sugiere que los cálculos del equipo de Wada siguen siendo demasiado altos en un 30-35 por ciento.
«Sus métodos para calcular la reducción se basan en cálculos indirectos en base a modelos climáticos globales», añade. «Mis cálculos se basan en análisis volumétricos de sistemas acuíferos de todo el mundo».
En cualquier caso, afirma que el efecto es considerable. «Creo que debe ser tenido en cuenta para calcular futuros niveles».
Wada cree que la solución pasa por encontrar la forma de mejorar la eficiencia del agua en agricultura, es decir, conseguir más con menos.
Caldeira está de acuerdo: «Creo que esto nos dice más sobre una mala administración de la tierra que sobre la amenaza del nivel del mar».