Caso bombas: Denuncian que fiscal dictó parte de declaración de uno de los acusados

FUENTE : LA TERCERA


No sólo las firmas falsificadas de nueve peritos de Carabineros han sido descubiertas durante el juicio oral sobre el caso bombas. Parte de la declaración de Gustavo Fuentes Aliaga "el Grillo", habría sido dictada por el fiscal que estaba a cargo de la investigación en dicha época, Francisco Jacir.
Fuentes Aliaga es hasta ahora el único confeso por colocación de bombas y se encuentra recluido en la Cárcel de Alta Seguridad. Su declaración, tomada el 31 de diciembre de 2008, permitió imputar a otras 10 personas vinculadas a estos ilícitos. Sin embargo, según la defensa, Fuentes Aliaga nunca dijo lo contenido en el texto que fue tomada sin la presencia de abogados defensores.
Según un audio del juicio oral, al que tuvo acceso La Tercera, el Mayor de Carabineros de Dipolcar, Eduardo Witt Sánchez -quien prestó declaración como testigo del ministerio Público- reconoce ante la jueza Marcela Sandoval que parte de la declaración que fue firmada por Fuentes, fue dictada por el fiscal Jacir.
Witt, ante la pregunta de la jueza Sandoval "¿Quién le dictó esta parte de la declaración al señor Fuentes Aliaga?", responde "el fiscal", refiriéndose al persecutor Jacir.
Ante esto, Mauricio Daza, abogado defensor Francisco Solar, de otros de los inculpados, manifiesto que "un oficial de alto rango de la policía de Carabineros de Chile, que estuvo presente en la declaración de una de las personas que se autoincriminó como supuesto autor de la colocación de diversos artefactos explosivos, afirma que grandes partes de esta declaración le fueron dictadas por el fiscal que estaba a cargo de esta diligencia".
Daza agregó que "nuevamente nos encontramos frente a una grave irregularidad, pues a partir de esta declaración se hace la imputación de un gran número de personas que tuvieron que enfrentar no sólo nueve meses de presidio en la cárcel, sino que además hoy día están en juicio".
Gustavo Fuentes Aliaga fue detenido tras apuñalar a su pareja, Candelaria Cortés-Monroy (una de las sobreseídas en el caso). Creyéndola muerta, confesó su autoría en algunos bombazos y culpó a otras personas en los hechos, pero luego se retractó.