Político nipón bebió sin asco agüita de Fukushima

FUENTE : LA CUARTA

Un comprometido diputado nipón hizo de tripas corazón y se tragó al seco, de una, un vaso de agüita de la dañada central nuclear de Fukushima Daiichi, para probar que el "vital elemento" está libre de radiación.
Se trata de Yasuhiro Sonoda, del gobernante Partido Democrático de Japón, quien suscribió un dudoso compromiso a raíz de las consecuencias por el terremoto de 9 grados Richter, que el 11 de marzo pasado sacudió la costa japonesa y provocó un tsunami que dejó miles de muertos y averió dos reactores nucleares de Fukushima.
En todo caso, Sonoda aseguró que bebía del vaso sólo porque los ágiles de la prensa le habían pedido que la probara, bajo la supuesta idea que de esa forma probaría que el agua ya no estaba contaminada.
Sonoda aceptó el reto más nervioso que concursante de reality de talentos.
Tras la prueba, los periodistas no quedaron convencidos de que el agua esté libre de contaminación. "No creo que esto pruebe la seguridad", señalaron varios medios nipones.
Sonoda señaló, por su litro, que la mejor forma de probar la pureza del agua es con datos en la mano.
El agua en cuestión procedía de charcos contaminados con radiactividad de la planta subterránea de los reactores 5 y 6 de la averiada central de Fukushima Daiichi.
Cabe hacer presente que el líquido fue purificado en un recipiente especial en octubre, reseñó el diario Mainichi Shimbun.
Un comité nuclear creado por el Gobierno de Japón advirtió que el cierre de la central de Fukushima Daiichi, epicentro del peor accidente atómico en los últimos 25 años, no se podrá completar antes de 30 años.
El accidente de Fukushima mantiene evacuadas a alrededor de 80.000 familias en un radio de 80 kilómetros.
NO ES PARA CONSUMO HUMANO
El líquido que bebió el diputado Sonoda por lo general no se utiliza para el consumo humano.
Dicha agüita se emplea en diferentes tareas en la planta nuclear, como, por ejemplo, regar las plantas.
Los caperuzos ingenieros nipones todavía están trabajando para estabilizar los reactores que se recalentaron y comenzaron a derretirse tras del terremoto y posterior tsunami ocurridos en marzo.
Se trata del accidente más grave desde el ocurrido en Chernobil.