FUENTE : LA PRENSA AUSTRAL
“Donde nacen nuestros sueños” es el eslogan que este año acompañará la edición Nº27 de las Jornadas por la Rehabilitación en Magallanes, que se realizarán el 18 de octubre, y cuya meta es de 395 millones de pesos. El lanzamiento de esta cruzada solidaria, organizada por el Club de Leones Cruz del Sur, fue en el salón Ponticas del edificio de Obras Públicas, donde se presentó la meta, se anunció la entrega de 6 mil alcancías a la comunidad, y se manifestó la esperanza por contar, a partir de mayo o junio del próximo año, con el nuevo Centro de Rehabilitación, que se construye aledaño al Hospital Clínico, y que presenta un 37 por ciento de avance.
Pero todas estas cifras y datos suenan frías y quedan de lado al ver la iluminada sonrisa de Ignacio Javier Vargas Ravanal, de 8 años, y que fue elegido, junto a su familia, como símbolo de esta edición. A diferencia de otras ediciones, en que sólo se simbolizaba con un niño o niña, en esta ocasión se buscó destacar el trabajo de la familia en la tarea de rehabilitación. Por eso, en todo momento de la ceremonia, Ignacio fue acompañado por su papá, Eduardo Vargas Eugenín, mecánico; por su mamá, Andrea Ravanal Ravanal, secretaria, y por su hermana, de 18 años, Danissa Peric Ravanal, quien este año entró a estudiar Enfermería, motivada para poder ayudar en la recuperación de su hermanito.
“Estamos un poco emocionados por la ceremonia, que estuvo súper linda, así que esperamos que la gente se motive. Ignacio entró al año al Centro de Rehabilitación, así que le hacen sus terapias, asiste a la escuela especial y muy agradecido del centro, porque todos sus logros son gracias a ellos, les hacen sus terapias, controles médicos, a nosotros nos dan apoyo psicológico, todo es un complemento”, explicó Eduardo Vargas, que destacó la participación de toda la familia, “hermanos, tíos, cuñados, abuelos; todos en algún momento participan en el cuidado de él”.
Ignacio Vargas Ravanal tuvo un nacimiento normal, pero cuando tenía 8 meses, se le descubrió un Síndrome Hipotónico, “que lo dejó sin fuerza en sus músculos, además de un retraso global del desarrollo. Nos dimos cuenta porque después de los 6 meses, no gateaba, pero gracias al trabajo del centro, desde hace 2 años ha empezado a dar sus primeros pasos. Si bien no habla mucho, palabras sueltas más que nada, pero comunica mucho de otra forma, es cosa de mirarlo y darse cuenta altiro de lo que quiere. También es como extremo, o está feliz o se enoja, es expresivo al 100”.
Si bien la presencia de Ignacio, que se movía nervioso en la silla de ruedas, pero sin dejar de sonreír, fue lo más llamativo de la ceremonia, no fue el único que provocó emociones. Un instante muy hermoso se produjo cuando la niña símbolo del año pasado, Sofía Demoro Hernández entregó el primer “tarrito” de alcancía a Ignacio. Sin embargo, la energía del niño lo llevó a tirar dos veces la alcancía hacia donde estaba el público, simbolizando quizás que ésta es una labor de todos los magallánicos.
Desafíos de la obra
El presidente del Club de Leones Cruz del Sur, Alejandro Vásquez encabezó el acto de lanzamiento de esta nueva edición de las Jornadas, que hoy se repetirá en Porvenir y mañana en Puerto Natales, y el 28 de agosto, posiblemente, en Puerto Williams. Y además de manifestar la esperanza de que una vez más, el corazón solidario de la comunidad esté a la altura, Vásquez subrayó que el desafío que tienen como Club es la concreción del nuevo centro de rehabilitación. “Llevamos un 37 por ciento de avance y esperamos que en mayo de 2015, podamos tener construido el centro. En este momento atendemos a 2 mil personas en nuestros tres centros; indudablemente ahora tendremos una superficie casi el doble de lo que tenemos ahora, eso indica que la demanda podría ser mucho mayor, pero los gastos operacionales o las necesidades de más profesionales, en fin”.
Vásquez explicó que la decisión de destacar el trabajo de una familia, más que simbolizar el evento en el niño, se debió a que “se dio el caso de este matrimonio, que es muy joven, en el que ambos han asumido con mucha fuerza, al igual que la hermana, la rehabilitación de Ignacio, que es lo que se tiene que hacer hoy”.
La ceremonia contó con la presentación del coro de la Universidad de Magallanes, dirigido por Christian Vila, y con una muestra de las promociones, tanto televisivas como radiales, de la cruzada, así como también el trabajo que se realiza en el centro, particularmente, en el caso de Ignacio Vargas. Y el cierre, dejó a todos los asistentes con un nudo en la garganta, pues 12 alumnos del centro, encabezados por Sofía Demoro, realizaron un número de baile, con el tema “Alegría”, en la que cada uno de ellos mostró los increíbles avances que han tenido en el Centro de Rehabilitación, que más allá del dinero que se recaude y el trabajo médico que hay detrás, demuestra que el amor es la fuerza que puede hacer los milagros.
Pero todas estas cifras y datos suenan frías y quedan de lado al ver la iluminada sonrisa de Ignacio Javier Vargas Ravanal, de 8 años, y que fue elegido, junto a su familia, como símbolo de esta edición. A diferencia de otras ediciones, en que sólo se simbolizaba con un niño o niña, en esta ocasión se buscó destacar el trabajo de la familia en la tarea de rehabilitación. Por eso, en todo momento de la ceremonia, Ignacio fue acompañado por su papá, Eduardo Vargas Eugenín, mecánico; por su mamá, Andrea Ravanal Ravanal, secretaria, y por su hermana, de 18 años, Danissa Peric Ravanal, quien este año entró a estudiar Enfermería, motivada para poder ayudar en la recuperación de su hermanito.
“Estamos un poco emocionados por la ceremonia, que estuvo súper linda, así que esperamos que la gente se motive. Ignacio entró al año al Centro de Rehabilitación, así que le hacen sus terapias, asiste a la escuela especial y muy agradecido del centro, porque todos sus logros son gracias a ellos, les hacen sus terapias, controles médicos, a nosotros nos dan apoyo psicológico, todo es un complemento”, explicó Eduardo Vargas, que destacó la participación de toda la familia, “hermanos, tíos, cuñados, abuelos; todos en algún momento participan en el cuidado de él”.
Ignacio Vargas Ravanal tuvo un nacimiento normal, pero cuando tenía 8 meses, se le descubrió un Síndrome Hipotónico, “que lo dejó sin fuerza en sus músculos, además de un retraso global del desarrollo. Nos dimos cuenta porque después de los 6 meses, no gateaba, pero gracias al trabajo del centro, desde hace 2 años ha empezado a dar sus primeros pasos. Si bien no habla mucho, palabras sueltas más que nada, pero comunica mucho de otra forma, es cosa de mirarlo y darse cuenta altiro de lo que quiere. También es como extremo, o está feliz o se enoja, es expresivo al 100”.
Si bien la presencia de Ignacio, que se movía nervioso en la silla de ruedas, pero sin dejar de sonreír, fue lo más llamativo de la ceremonia, no fue el único que provocó emociones. Un instante muy hermoso se produjo cuando la niña símbolo del año pasado, Sofía Demoro Hernández entregó el primer “tarrito” de alcancía a Ignacio. Sin embargo, la energía del niño lo llevó a tirar dos veces la alcancía hacia donde estaba el público, simbolizando quizás que ésta es una labor de todos los magallánicos.
Desafíos de la obra
El presidente del Club de Leones Cruz del Sur, Alejandro Vásquez encabezó el acto de lanzamiento de esta nueva edición de las Jornadas, que hoy se repetirá en Porvenir y mañana en Puerto Natales, y el 28 de agosto, posiblemente, en Puerto Williams. Y además de manifestar la esperanza de que una vez más, el corazón solidario de la comunidad esté a la altura, Vásquez subrayó que el desafío que tienen como Club es la concreción del nuevo centro de rehabilitación. “Llevamos un 37 por ciento de avance y esperamos que en mayo de 2015, podamos tener construido el centro. En este momento atendemos a 2 mil personas en nuestros tres centros; indudablemente ahora tendremos una superficie casi el doble de lo que tenemos ahora, eso indica que la demanda podría ser mucho mayor, pero los gastos operacionales o las necesidades de más profesionales, en fin”.
Vásquez explicó que la decisión de destacar el trabajo de una familia, más que simbolizar el evento en el niño, se debió a que “se dio el caso de este matrimonio, que es muy joven, en el que ambos han asumido con mucha fuerza, al igual que la hermana, la rehabilitación de Ignacio, que es lo que se tiene que hacer hoy”.
La ceremonia contó con la presentación del coro de la Universidad de Magallanes, dirigido por Christian Vila, y con una muestra de las promociones, tanto televisivas como radiales, de la cruzada, así como también el trabajo que se realiza en el centro, particularmente, en el caso de Ignacio Vargas. Y el cierre, dejó a todos los asistentes con un nudo en la garganta, pues 12 alumnos del centro, encabezados por Sofía Demoro, realizaron un número de baile, con el tema “Alegría”, en la que cada uno de ellos mostró los increíbles avances que han tenido en el Centro de Rehabilitación, que más allá del dinero que se recaude y el trabajo médico que hay detrás, demuestra que el amor es la fuerza que puede hacer los milagros.
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