FUENTE : LA PRENSA AUSTRAL
Poco habitual es que una víctima de asalto pase a ser autor de un delito, pero esa poco frecuente situación ocurrió ayer, cuando Andrés Sebastián Henríquez Ojeda, de 20 años de edad, llegó hasta Carabineros para denunciar haber sido víctima de un supuesto robo; no obstante minutos más tarde quedó en evidencia que él era el autor de un delito que afectó a uno de los “carritos” de artesanía que se ubican en la Plaza de Armas Benjamín Muñoz Gamero.
Policialmente el caso se inició alrededor de las 5,50 horas de la madrugada de ayer cuando Henríquez acudió al cuartel de la policía uniformada, ubicado en calle Waldo Seguel, para informar al funcionario de servicio que tres sujetos le habían asaltado y robado una “tablet” que portaba. El denunciante entregó hasta la descripción de los autores del presunto ilícito y del equipo sustraído, mostrando además una herida cortante que supuestamente había sufrido de parte de los desconocidos malhechores.
De inmediato, un operativo policial se realizó en el anillo central de la ciudad. Fue así que en las inmediaciones de calle José Nogueira fueron interceptadas tres personas, en cuyo poder se encontró el aparato denunciado como robado.
Sin embargo, mayúscula fue la sorpresa de los policías cuando los supuestos asaltantes, personas en situación de calle que estaban en evidente estado de ebriedad explicaron a los carabineros que el “tablet” efectivamente lo habían hurtado minutos antes en la Plaza de Armas a un sujeto que estaba robando uno de los locales de artesanías existente en el lugar, acusación que Henríquez negó tajantemente.
Sin embargo, Carabineros se trasladó hasta la plaza donde corroboró lo señalado por el trío de parroquianos, lugar donde además de verificarse la fractura de un vidrio del carrito para sustraer las especies, habían rastros de sangre, que tendrían relación con la herida sufrida por el imputado, supuestamente provocada con los pedazos del cristal.
Detención y cárcel
Carabineros retuvo al entonces denunciante, se informó al fiscal de turno lo ocurrido y se verificó su identidad en el sistema biométrico que manejan las policías, quedando en evidencia que Henríquez no podía estar a esa hora en la calle, ya que mantenía la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno luego de haber sido formalizado como autor de lesiones graves, tras su detención el reciente 17 de septiembre en la madrugada, por ser el autor de las 9 puñaladas que recibió una persona en un local comercial de Avenida España con calle Errázuriz. Se corroboró también Henríquez mantiene 6 causas penales vigentes, y un nutrido prontuario policial con más de 15 procesos a su haber.
Por todo lo anterior, el fiscal Fernando Dobson ordenó que fuera trasladado en horas de la mañana de ayer al Centro de Justicia a audiencia de control de detención, donde fue formalizado una vez más como autor de robo en lugar no habitado, por la sustracción de prendas de lana del “carrito” por un valor cercano a los 80 mil pesos, mercadería que ocultó en los árboles de la Plaza de Armas.
Para la investigación se fijaó un plazo de tres meses, período en el que no podría salir de la región.
No obstante, no todo había terminado para Henríquez, ya que el fiscal solicitó al magistrado Juan Enrique Olivares, pese a la oposición del defensor Cristian Opazo, que el arresto domiciliario nocturno fuera sustituido por la prisión preventiva, ya que a la luz de los hechos, obviamente no estaba cumpliendo con la restricción impuesta.
La petición del persecutor fue aceptada por el magistrado, quien ordenó que Henríquez quede en prisión preventiva por el plazo antes fijado para la causa anterior, es decir, 60 días a contar del 17 de septiembre pasado.
Policialmente el caso se inició alrededor de las 5,50 horas de la madrugada de ayer cuando Henríquez acudió al cuartel de la policía uniformada, ubicado en calle Waldo Seguel, para informar al funcionario de servicio que tres sujetos le habían asaltado y robado una “tablet” que portaba. El denunciante entregó hasta la descripción de los autores del presunto ilícito y del equipo sustraído, mostrando además una herida cortante que supuestamente había sufrido de parte de los desconocidos malhechores.
De inmediato, un operativo policial se realizó en el anillo central de la ciudad. Fue así que en las inmediaciones de calle José Nogueira fueron interceptadas tres personas, en cuyo poder se encontró el aparato denunciado como robado.
Sin embargo, mayúscula fue la sorpresa de los policías cuando los supuestos asaltantes, personas en situación de calle que estaban en evidente estado de ebriedad explicaron a los carabineros que el “tablet” efectivamente lo habían hurtado minutos antes en la Plaza de Armas a un sujeto que estaba robando uno de los locales de artesanías existente en el lugar, acusación que Henríquez negó tajantemente.
Sin embargo, Carabineros se trasladó hasta la plaza donde corroboró lo señalado por el trío de parroquianos, lugar donde además de verificarse la fractura de un vidrio del carrito para sustraer las especies, habían rastros de sangre, que tendrían relación con la herida sufrida por el imputado, supuestamente provocada con los pedazos del cristal.
Detención y cárcel
Carabineros retuvo al entonces denunciante, se informó al fiscal de turno lo ocurrido y se verificó su identidad en el sistema biométrico que manejan las policías, quedando en evidencia que Henríquez no podía estar a esa hora en la calle, ya que mantenía la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno luego de haber sido formalizado como autor de lesiones graves, tras su detención el reciente 17 de septiembre en la madrugada, por ser el autor de las 9 puñaladas que recibió una persona en un local comercial de Avenida España con calle Errázuriz. Se corroboró también Henríquez mantiene 6 causas penales vigentes, y un nutrido prontuario policial con más de 15 procesos a su haber.
Por todo lo anterior, el fiscal Fernando Dobson ordenó que fuera trasladado en horas de la mañana de ayer al Centro de Justicia a audiencia de control de detención, donde fue formalizado una vez más como autor de robo en lugar no habitado, por la sustracción de prendas de lana del “carrito” por un valor cercano a los 80 mil pesos, mercadería que ocultó en los árboles de la Plaza de Armas.
Para la investigación se fijaó un plazo de tres meses, período en el que no podría salir de la región.
No obstante, no todo había terminado para Henríquez, ya que el fiscal solicitó al magistrado Juan Enrique Olivares, pese a la oposición del defensor Cristian Opazo, que el arresto domiciliario nocturno fuera sustituido por la prisión preventiva, ya que a la luz de los hechos, obviamente no estaba cumpliendo con la restricción impuesta.
La petición del persecutor fue aceptada por el magistrado, quien ordenó que Henríquez quede en prisión preventiva por el plazo antes fijado para la causa anterior, es decir, 60 días a contar del 17 de septiembre pasado.
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