La mujer, Jennys Vera expresó en diálogo con Radio Seis que "veníamos con todas las ganas de pasar nuestras vacaciones y disfrutar y pasa esto, fue tremendo para nosotros, eran 4 niños, todos jovencitos".
"Todavía estoy nerviosa, no puedo creer lo que pasó, todo lo que viví", expresó y comentó que su marido salió cuando fueron abordados por los jóvenes y "yo no vi en que momento lo acuchillaron".
Agradeció que pasó un taxi y "los chicos se asustaron y largaron porque sino, estaba oscuro podían hacer lo que quisieran".
Contó que su hija de diez años todavía está aterrada, y consideró que tendrá que ir a un psicólogo porque está mal, "está nerviosa, vimos a mi marido con sus tripas afuera, en el piso, en la oscuridad. Si yo estoy mal me imagino como está la nena".
Precisó que les robaron todo el dinero argentino que teníanrobaron plata argentina y querían los celulares. "Yo les decía llévense lo que quieran pero no nos hagan daño", expresó y agregó que "dos de los cuatro eran agresivos, de los otros uno estaba con miedo".
Su marido está recuperándose en el hospital y esperan que evolucione bien. "Pensé que se iba a morir, los bomberos cuando llegaron dijeron que estaba muy grave, recé nomás y que todo salga bien", contó con dolor.
Si bien se acercaron al consulado chileno en busca de ayuda tras el difícil momento vivido, hasta el momento no han obtenido ayuda, pero resaltó que están muy agradecidos a la policía, bomberos y personal del hospital.
Miguel Quiroz, el hombre herido, contó que iba manejando y paró para descansar a la entrada de la ciudad, antes de buscar alojamiento. Dijo que bajó del auto para pedirle que no les hicieran nada y que le iban a dar lo que quisieran "y no me di cuenta en el momento que me acuchillaron, me di cuenta que me iban a tirar una piedra en la cabeza y les puse el brazo, los médicos dicen que no van a tocar la mano hasta que no me recupere bien del puntazo".
Contó que "los dos que estaban del lado mío estaban muy furiosos, traté de serenarlos,
abrí la puerta del auto y saqué la billetera", pero seguían agresivos hasta que pasó el taxi y se detuvo.
"Estoy agradecido porque no le pasó nada a mi familia, agradecido de la policía que llegó en menos de un minuto, para mí el tiempo volaba, pero llegaron rápido y también bomberos y la ambulancia", expresó.
Destacó la atención recibida en el hospital por parte de médicos y enfermeras y no pudo seguir contando la dificil experiencia vivida porque estaba muy conmovido.
El hijo de 18 años contó que trató de calmar a su hermanita, "que no paraba de gritar, estaba en shock, le dije que me mirara a los ojos y que iba a estar con ella. Luego calmé a mi mamá".
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