miércoles, 11 de septiembre de 2013
Hablan amistades de Juan Ruiz Varas: “Siempre fue un joven tranquilo y nunca mostró rasgos violentos o explosivos”
FUENTE : LA PRENSA ASUTRAL
Todos los amigos de Juan Alejandro Ruiz Varas en Porvenir, el autor del sangriento ataque armado, quienes lo conocieron bien antes de que se fuera a vivir a Punta Arenas hace unos 5 años, encuentran inexplicable lo que sucedió con él los últimos días, para haber actuado con tanta crueldad con sus víctimas, en un caso que conmovió a toda la región y que estremeció hasta el dolor a la comunidad fueguina. Ruiz Varas nació en Porvenir el 21 de enero de 1974.
Sus amistades, más que nada se fundan en la actividad del automovilismo deportivo, ya que era el ambiente donde se conocieron y que le gustaba al amigo, aunque el malogrado porvenireño sólo haya participado en tres carreras del Gran Premio de la Hermandad, hace algunos años.
“Sí, yo lo conocí bien del tiempo de las carreras y aunque teníamos una gran diferencia de edad, ya que yo tengo 24 años y él tenía 39, era bien cercano. Como Juan corría en la categoría A al igual que yo, era frecuente que uno recurriera al otro, por repuestos o cosas así. Me acuerdo bien que en una ocasión, él me ayudó con una suspensión”, recuerda José “Pepo” González, actual presidente de la Asociación de Pilotos de Tierra del Fuego.
Afirma que Juan siempre fue un joven tranquilo y que nunca mostró rasgos violentos o explosivos, era solidario y colaboraba con todos. Por eso considera lo ocurrido en Punta Arenas como algo “chocante, terrible sobre todo para sus papás, también para sus hijos que tiene acá y para sus hermanos. Es raro, porque tenía bastantes cualidades y se llevaba bien con todo el mundo”, apuntó.
Otro gran amigo del occiso fue el también corredor Mauricio Manquemilla, a quien Ruiz Varas llamó hace un año, para manifestarle que tenía ganas de volver a ser parte del Gran Premio y que le iba a encargar una “jaula” para el auto. Esto al final no se concretó, pero Manquemilla lo encontró después en Punta Arenas, conversaron y no notó nada anormal en él.
“Con Juan compartimos harto, tanto en los ‘carretes’ que hacemos a veces en los talleres como en fiestas a las que íbamos con nuestras familias, pero nunca se pasó de copas más allá de lo que se consume en una convivencia y tampoco lo vi ni supe nunca que haya estado en una pelea, o que le gustaran las armas. A él le agradaba la tornería y siempre mantenía una actitud de respeto con todos, con mi viejo, con sus padres”.
Por eso dijo no encontrar explicaciones a lo que le sucedió en la trágica noche del domingo último, sensación que también expresó el nuevo presidente de Adelfa (Asociación Deportiva Local Fueguina de Automovilismo), José “Mako” Cortez. Señala que Juan Ruiz Varas tenía amistades con todos sus compañeros del deporte tuerca, incluso -dentro del poco contacto que tuvo con él- supo que había hecho amistades con pilotos argentinos.
“El diablo usó su cuerpo”
“Aunque me digan que estoy loco, quiero que pongas esto: a mí no me cabe duda que fue un espíritu del diablo el que usó el cuerpo de Juan para hacer lo que hizo. La depresión que sufría hace algún tiempo lo llevó a prestarle el cuerpo al diablo”, señala con su acercamiento a lo místico y religioso, Carlos “Cuco” Soto, conocido y entusiasta organizador de torneos de motos en Porvenir y amigo íntimo del protagonista de los luctuosos hechos de inicios de semana en la capital regional.
Y esto lo afirma porque supo que su amigo estaba muy deprimido y ya no era todo lo “loco” que se mostraba en Porvenir, “pero loco por las motos, por correr en auto, por usar chaquetas de cuero, por todo lo que fuera ser activo. Pero también le gustaba la naturaleza, era bien respetuoso con los animales y siempre fue solidario. Era capaz de dejar de comer para darle al que le faltaba”, asegura.
“Cuando hacía una parrillada en su casa era capaz de invitar a todo el mundo, le gustaba organizar salidas en grupo de pesca deportiva y poco antes de viajar por trabajo al continente, tenía inquietud por estudiar la Biblia”, asegura Soto. Por eso dice estar tan devastado como los padres del amigo, con quienes se reunió en Punta Arenas y cuyo estado le provocó una enorme pena, sobre todo a la mamá.
Los restos de Juan Alejandro, dijo Soto, no serán trasladados a Porvenir como esperaban sus amistades, porque serán cremados en Punta Arenas y -según lo manifestó en vida alguna vez el trágico fallecido- serán esparcidas en el estrecho de Magallanes.
En la tarde de ayer, sus familiares retiraron el féretro de Juan Ruiz Varas desde el Servicio Médico Legal, tras lo cual fueron trasladados al velatorio del Cementerio Municipal.
Según el certificado de defunción, se estableció como causa de su fallecimiento un traumatismo encéfalo craneano severo a causa de un proyectil balístico.
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