FUENTE : RADIO POLAR
Si aceptamos la aberración ética que el lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verdaderas, como anotaba cáusticamente George Orwell, debiéramos convenir que el cinismo también debe avalarse como condición normal de la moral humana. Reflexiono lo anterior, con respeto y sin ironía, ante la insólita declaración de la Sra. Evelyn Matthei -candidata de la Derecha- que, según los medios, no tiene por qué pedir perdón por los crímenes de gobierno militar porque ella, en esa época, “sólo tenía 20 años”. Desde luego, en esa disculpa tan olímpica y trivial hay una convicción de fondo que, por mucho que reconozcamos los avances de la reconciliación, aún hay nichos de resentimientos, defensores de la opresión y crueldad del régimen.
En el caso particular de la Sra. Matthei la explosión de esos sentimientos escondidos y que surgen, sospechamos, ante la falta de control emocional, es de suma gravedad porque, cuando la gran mayoría de los chilenos anhelan la absoluta paz de los espíritus -pasando, desde luego, por la justicia- una importante opción para dirigir el país, revela que sus ideas íntimas siguen enmarañadas con la “filosofía” de no perdonar y, lógicamente, execrar a los chilenos disidentes.
Este descubrimiento -que, tal vez, no lo sea… porque hay muchos que se resisten a reconocer y perdonar- reafirma la importancia que tienen las próximas elecciones de Noviembre. Junto con la trascendencia de dotar buenos representantes regionales, también es vital retomar el control de un gobierno nacional que continúe construyendo un “país de hermanos”, como lo reclamaba con pasión el recordado líder humanista, Jaime Castillo Velasco.
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