jueves, 4 de abril de 2013

Madre y abuela de niñas internadas en Hogar Miraflores volvieron a protestar

FUENTE   : PRENSA AUSTRAL


Las casi cinco horas que permanecieron detenidas, no hicieron que Nataly Chiguay y Rosa Cárdenas bajaran los brazos. Hija y madre regresaron ayer al Hogar del Niño Miraflores para reiterar su llamado a que les devuelvan a sus niñas, de siete y dos años, respectivamente, y que el martes fueron declaradas susceptibles de ser entregadas en adopción, por el Tribunal de Familia.
Desde temprano y pese al amenazante clima que anunciaba lluvia, las mujeres se instalaron frente a la entrada del hogar, pero esta vez, sin cadenas. Sólo con los carteles que ya habían portado el día que fueron detenidas. En primer lugar, Nataly Chiguay reclamó por el actuar de Carabineros la tarde del martes, pues “en mi brazo tengo molestias, me golpearon mucho, me forcejearon, porque hubo demasiados carabineros, pero no importa, que me hagan lo que quieran, porque yo por mis hijas haré lo que sea”, advirtió.
Consultada por las razones que les han dado para no devolverles a sus dos hijas, Chiguay insistió en su versión de que los informes entregados por el hogar, la perjudican, pues “dicen que no soy una persona apta de tener a mis hijas, ni para prevenir riesgos; dicen que mi casa no es adecuada para tenerla. En realidad deberían hacerme visitas y no lo han hecho, arrendé una casa más grande, les hice sus piezas a las niñas, las pinté, adorné y están las dos camas esperándolas”, agregó. También negó que fuera alcohólica y drogadicta (“me hice el examen y demostré que no lo soy”).
La mujer sólo puede visitar a sus niñas los lunes, y denunció que ha comprobado que la mayor ha bajado considerablemente de peso, incluso, mostrando una fotografía que tiene en su celular, donde lo comprueba. “Me dice que quiere irse, que no quiere estar más acá, no come bien porque las comidas que le dan son del día anterior”, finalizó Nataly Chiguay, que está siendo asesorada por el abogado Javier Lagos y que aseguró que llegará hasta las últimas consecuencias: “Si me tengo que ir a la Corte Suprema a Santiago, lo voy a hacer”.

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