FUENTE : LA PRENSA AUSTRAL
“Este local fue hecho para 33 puestos y aproximadamente 12 están hoy totalmente desocupados. Nosotros no estamos en contra de quienes quieran permanecer en la Plaza de Armas, ellos están en su derecho de solicitar dónde quieran estar. Lo que planteamos es que, si no se quieren venir, entonces que le cedan el puesto que les fue asignado, para que lo ocupen otros artesanos, o bien, microempresarios abocados a la artesanía con identidad local. Porque si este espacio está vacío, nadie lo puede promocionar”, sostiene enfático Cristián Cerega, presidente de la Organización de Artesanos del Centro Artesanal Municipal.
Otros locatarios reparan en que la gratuidad absoluta que implica estar instalados en los carros dispuestos en la Plaza de Armas es lo que, en definitiva, genera resistencias por parte de aquellas personas que no quieren ser ubicadas en el Centro Artesanal, infraestructura que se ubica aledaña al Mercado Municipal de Punta Arenas.
“Ellos están gratis en esos espacios, tampoco son fiscalizados respecto a lo que efectivamente venden, como nosotros… Bajo esa realidad, es difícil que alguien quiera moverse. Nosotros aquí pagamos mensualmente 20 mil pesos, más la patente que se cancela dos veces en el año y los permisos respectivos”, afirma Rosa Vera, artesana dedicada al tejido de lana y quien trabaja además, junto a una socia, en la venta de bolsos diseñados con material reciclable.
Para Orfelia Huala, en tanto, quien vende sus artesanías en el módulo 4 del Centro Artesanal Municipal, la negativa de traslado por parte de quienes ocupan carros en la Plaza de Armas, no es totalmente ilegítima. Ella misma tuvo la experiencia de permanecer 12 años instalada en ese sector y admite que las ventas eran mucho más altas. No obstante ello, reconoce que el edificio que hoy los alberga fue una demanda acogida por las autoridades comunales de turno, exigencia que implicó largo tiempo, para finalmente ser concretada.
“Este hermoso espacio se hizo para nosotros, los artesanos. Yo estuve ubicada en la plaza con mis artesanías por harto tiempo y golpeamos muchas puertas, pedimos a los intendentes que nos construyan un espacio. Fue el alcalde Mimica quien nos escuchó y nos hizo este lugar ¿Cómo no ocuparlo entonces?”, reflexiona la artesana magallánica.
Rogelio Muñoz y Laura Chavol son socios artesanos. Ambos trabajan en forma parcial en el Centro Artesanal Municipal y, en forma ocasional, ocupan los carros de la Plaza de Armas. Sin embargo, no se oponen a la idea de ser trasladados definitivamente al edificio de dos pisos y 550 metros cuadrados, que hoy asoma casi desierto.
“Pienso que este espacio habría que potenciarlo y, a la vez, otorgar valor agregado a la artesanía local. En mi caso, admito que he debido revender productos, justamente porque hay una competencia desleal y eso reduce la venta de productos con marca local. Si este espacio no se llena, nunca se podrá fomentar la venta de productos elaborados por los artesanos locales”, puntualiza Laura Chavol.
Hay que agregar que el traslado de las y los artesanos de la Plaza de Armas Benjamín Muñoz Gamero es un tema aún no zanjado por el alcalde Emilio Boccazzi. Los concejales, sin embargo, insisten en que el Centro Artesanal Municipal debe fortalecerse y, para ello, no se descarta acoger iniciativas que puedan fomentar una señalética óptima que oriente a los turistas hasta este centro de comercialización de artesanía con identidad local.
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