lunes, 6 de octubre de 2014

“Yo no decidí que mi vida y carrera se vieran marcadas por el terremoto, pero así fue”

FUENTE   :   EL PINGUINO



Durante 20 años, Roberto Candia estuvo detrás de los flashes de la historia de Chile. Llegada la democracia al país, su carrera comenzó y desde entonces ha presenciado los sucesos más importantes que han sido noticia. Siempre sin ser notado públicamente, siempre detrás de la acción. Hasta 2010.
El terremoto que azotó a la zona centro sur del país también revolucionó su vida y  carrera por una sola imagen: la ya mítica “foto de la bandera”, en la que retrató a un hombre sosteniendo una bandera de Chile desenterrada de entre los escombros y barrial que inundaban el balneario de Pelluhue.
Este fin de semana, el autor de aquella fotografía que se convirtió en el ícono del terremoto a nivel nacional y mundial, dictó un taller de fotoperiodismo en Punta Arenas, y conversó con Diario El Pingüino.
Ya alejado de la acción diaria del periodismo gráfico y dedicado a lafotografía corporativa, cuenta que su cambio de rumbo estuvo muy dictado por lo que significó esa imagen que lo hizo conocido.
- ¿Qué te genera actualmente la “foto de la bandera”?
“Es mi estigma. El día que me muera, sé que voy a ser recordado por eso. Va a estar sobre cualquier cosa que haga, eso queda. Hay varias reflexiones en lo personal. Esa fotografía es la más importante que he hecho en mi vida, no sé si la mejor, pero la más importante por todo lo que se tradujo a través de ella. Después de toda la tragedia, esa imagen aparece y se convierte en un pie de apoyo para mucha gente que lo necesitaba. Es una foto muy importante, pero siempre trato de hacer esa consideración, de la situación que la foto aparece, y la gente que hace de eso un ícono, un símbolo de esperanza. Nada habría ocurrido si no hubiera sido en ese momento”.
- Te ha tocado retratar los últimos 20 años de la historia chilena, justamente desde la vuelta a la democracia.
“Me tocó presenciar ese proceso, las elecciones y la muerte de Pinochet y cosas que marcaron la historia de Chile: el terremoto, los mineros, la marcha de Antuco. Cuando uno se pone a hacer el balance es fuerte, porque yo nunca imaginé que podría ser testigo de tantas cosas. Ojalá en cada cosa pudieses motivar a la gente como sucedió con la foto de la bandera, pero eso es casi una utopía. Yo no decidí que mi vida y mi carrera se viera marcada por algo tan triste como el terremoto, pero así fue y, de alguna manera, es parte de la experiencia que ha sido fundamental para buscar un cambio. Eso me permitió volcarme más a lo familiar, tanto tiempo fuera de casa, me di cuenta que no valía la pena que no estuviera con ellos”.
- En estos años fotografiando sucesos y autoridades ¿has visto una evolución en la preocupación de los fotografiados por la imagen?
Sí, ahora la gente tiene mucha más conciencia de una foto que un editor periodístico. Un parlamentario claro que se preocupa y se hace amigo del fotógrafo porque sabe que él le va a hacer su imagen y la autoridad quiere salir bien. La democratización que ha tenido la fotografía ha permitido que la gente se relacione a través de ella. Desde un parámetro un poco diferente, porque antes la foto servía para registrar, ahora es para socializar. Tiene que ver con el lenguaje, con una manera de comunicación que ha cambiado, y hay que adecuarse a eso”.

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