La misión de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) declaró que hubo diversas irregularidades en las elecciones presidenciales rusas de ayer, que decretaron como ganador a Vladimir Putin, aunque también destacaron progresos respecto a las parlamentarias de diciembre.
"Consideramos que en este gran país no hay un árbitro imparcial", dijo en conferencia de prensa en Moscú el jefe de la misión de observadores de la OSCE, Timmy Cox, quien señaló que este árbitro "es necesario para realizar este juego que se llama democracia".
"El proceso se deterioró en el momento del recuento de los votos y fue evaluado negativamente (por la OSCE) en casi un tercio de las mesas electorales debido a la irregularidades de procedimiento", agregaron en el organismo.
La "elección mostró que había un ganador neto con una mayoría absoluta que evita una segunda vuelta. Sin embargo, la elección de los votantes estaba limitada debido a que la competencia electoral no era equitativa y faltaba un árbitro independiente", agregó la OSCE en referencia a la Comisión Central Electoral.
Vladimir Putin ganó la elección con cerca de 64% de los votos, según los resultados casi definitivos publicados por la Comisión Central Electoral.
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