FUENTE : LA PRENSA AUSTRAL
“Manolito era un genio en su mundo, no en el nuestro. Me enseñó lo que es la bondad en las personas, y para conocerlo era necesario tener una llave, la que afortunadamente tuve, y era la llave del amor”, planteó ayer visiblemente acongojado Mario José Sánchez Low, quien desde los 23 años cobijó a José Manuel Tolosa Alarcón, de actuales 48 años de edad.
“Manolo” era un personaje popular que diariamente solía recorrer las calles céntricas de Punta Arenas y también la población Gobernador Viel, donde vivió por largos años. Era poseedor de una mente brillante y una habilidad única.
Alrededor de las 5,30 de la madrugada de ayer la conductora de un radiotaxi lo halló caminando a muy maltraer por Avenida Independencia. Se veía en muy malas condiciones y al acercarse a ofrecerle ayuda, éste le habría solicitado que lo trasladara a la Hospedería del Hogar de Cristo, en Avenida España.
Al llegar al recinto la taxista pidió ayuda al encargado, sin embargo tras descender del vehículo Tolosa Alarcón sólo alcanzó a dar un par de pasos, desplomándose en la vereda. La conductora que lo trasladó le aplicó las primeras atenciones, mientras iba en su auxilio un equipo del Samu.
Pese a las maniobras de reanimación, las cuales se extendieron por cerca de 30 minutos, su corazón no reaccionó, dejando de existir en la vía pública. Hasta el lugar llegó Carabineros y posteriormente lo hizo la camioneta del Servicio Médico Legal que trasladó los restos hasta la morgue para ser sometido a la autopsia de rigor.
El examen tanatológico al cadáver arrojó como causa de muerte una falla cardiaca, derivada de un tabaquismo agudo y de la patología de obstrucción pulmonar crónica que lo afectaba.
José Manuel Toloso Alarcón había nacido en Punta Arenas el 23 de octubre de 1965 y era hijo de Michimalonco Tolosa Palacios y Rosa Lidia Alarcón Gasell, cuya familia vivió en la calle Andrés Bello, población Gobernador Viel.
Pesar en el
Poder Judicial
Con la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Penal, y la inauguración de las antiguas dependencias de los tribunales en calle O’Higgins, hace seis años “Manolo” se convirtió en un visitante asiduo del recinto judicial, donde solía pedir cigarrillos y compartió un café con los que a la larga se convirtieron en sus amigos.
Carabineros y Gendarmería conocieron de cerca a este personaje urbano, quien manifestaba su vivo interés de ser uno más de ellos.
Lo que más sorprendía era su capacidad de recordar días, meses y años con absoluta precisión, además de conocer los nombres de cada de los Presidentes de la República, y hasta los períodos que se mantuvieron en La Moneda.
Un permanente tema de conversación eran los truenos y su origen. Era un diálogo que constantemente ofrecía a quienes se animaban a romper la distancia que muchas veces su figura generaba.
A tal nivel llegó la cercanía con el personal del Tribunal de Garantía que los días de cada mes llegaba hasta las instalaciones judiciales a retirar un dinero que le hacía entrega un anónimo funcionario.
“Fuimos amigos, puedo decirlo, nunca tuvo un mal gesto con los usuarios ni con los funcionarios, recuerdo que el año pasado, para su cumpleaños, el 23 de octubre, lo invité a almorzar al Dreams ya que eso me pidió de regalo, y él siempre se comportó como un caballero”, apuntó el benefactor anónimo.
Dolor familiar
Los restos del malogrado “Manolo” fueron entregados en la tarde de ayer a su padre Michimalonco, tras lo cual ingresaron a la capilla del Cementerio Municipal Sara Braun. Sus funerales serán esta tarde a las 16 horas en el mismo camposanto.
Mario Sánchez Low, padre “adoptivo” de Tolosa, como él mismo se autodefine, lo acompañó desde los 23 años en adelante, luego de que junto a su mujer determinaran cobijarlo.
“Recuerdo que muchas veces me preguntaba por qué la gente no lo quería, a lo que siempre le contesté que sí lo querían, pero no lo comprendían, con lo que quedaba en tranquilidad”, recordó.
“El era un hombre libre, vivía su vida a su forma y a su modo, y de esa manera era dulce, tierno, era un caballero. Si a alguien le pedía dinero y no se lo daba, el de todas formas agradecía, nunca una mala palabra en su boca”, apuntó Sánchez, quien se informó de lo ocurrido luego de que un radiopatrulla de Carabineros llegaba hasta su domicilio, pero esta vez sin “Manolo”, sino para comunicar la infausta noticia.
“Se me tronó la vida, lo esperé hasta las tres de la mañana y sentía que algo había pasado. El siempre será una bendición que nos envió Dios, ya que con él aprendí la humildad, a respetar a los demás, y esas cosas no se aprenden en la universidad, nacen del corazón, por que pese a parecer una persona limitada, tenía un razonamiento de todo que nunca entenderemos y que nos trató de enseñar”, concluyó su compañero de años, quien hizo carne el dicho popular “Manolo camina sólo”.
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