FUENTE ; LA CUARTA
Entre las risillas del copuchenteo y la pena franca se debaten en la nortina ciudad peruana de Chiclayo, donde un joven de 22 años murió de un ataque a la cuchara cuando se dedicaba con entusiasmo a su pasión privada: la autosatisfacción erótica.
La historia es del bueno de David García Valle, quien fue encontrado al interior de un cibercafé por el propietario del local, José Víctor Puicon Lluén.
Según pudo establecer la policía, el cabro partió al Más Allá tras un paro cardiaco al masturbarse en una cabina de internet, ubicado en la avenida Saenz Peña, en el centro de la ciudad de Chiclayo.
De acuerdo con el sapeo del diario Correo, David fue encontrado al interior del inmueble por el propietario del local, quien llegó a verificar si habían abierto su boliche.
Sin embargo, se encontró con la sorpresa de que su trabajador se encontraba sin vida, sentado frente a una computadora, con su pantalón y sus calzoncillos hasta los tobillos.
Las pepas de José Puicón se fueron solitas al computador del cubículo. La pantalla estaba prendida y se visualizaban imágenes de warriors que mostraban lo bien hechitas que están y en plena acción con otros pericos émulos de Ron Jeremy.
Mientras los actores pornos daban lo mejor de su talento histriónico, los ojos de David ya no gozaban del placer solitario.
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