Velas y hasta velones le prenden los pescadores de Papúa, en Nueva Guinea, al sin miedo Jeremy Wade, de 53 pepas, quien partió desde su apacible y fría Gran Bretaña para cortarle las aletas al terrible monstruo "corta bolas".
Según cuenta el diario inglés Daily Mail, el intrépido Jeremy puso oreja al caso y se pegó el pique desde su tranquila y brumosa ciudad de Bath hasta las cálidas costas de Nueva Guinea, donde invirtió sus buenas semanas cazando al pez Pacu.
Los estremecedores relatos de los hombres de mar picaron la curiosidad del hombre, un reconocido cazador de monstruos de la tele. "Los hombres se sumergían en el mar y de prontó el dolor en la entrepiernas y luego la sangre les indicaban que habían sido castrados", relató un viejo pescador papuano.
Apenas llegó a Nueva Guinea Jeremy desplegó su trabajo, que al cabo de unas semanas entregó sus frutos, cuando atracó su bote y entregó a los papuanos su pesca: casi un centenar de los peces.
Los mostró a los medios de comunicación y se los aprecia como unos pescados feos, que lucen una dentadura casi humana, feroz, especial para arrancar los testículos de los infortunados pescadores.
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