FUENTE : LA PRENSA AUSTRAL
Aumento de salarios, mejores condiciones laborales y de seguridad. Demandas que parecen justas y necesarias, pero que, en el transcurso de la negociación, se complejizan y, muchas veces, estallan en huelgas y movilizaciones que los propios trabajadores quisieran evitar, pero que, en ocasiones se transforman en la única manera de obtener alguna respuesta, según sus palabras.
No obstante, lejos de generar un entendimiento entre empresa y trabajadores, esta alternativa, muchas veces, deriva en un cese del diálogo, en presiones por parte del empresariado y en las llamadas prácticas antisindicales a las que recurre la empresa en un intento por terminar con el conflicto.
La movilización que protagonizó el Sindicato de Transportes Río Verde de Mina Invierno, con una huelga que se mantuvo por 24 días y que generó gran revuelo por la importancia e implicancias de esta empresa en la región, es un ejemplo. La paralización de los operarios jamás logró el acuerdo entre las partes y, finalmente, los propios trabajadores reconocieron haber bajado la huelga por la “poca disponibilidad de la empresa, la intransigencia y el desconocimiento de la actividad sindical”, entre otros motivos.
Otro caso en el que la propia Inspección del Trabajo reconoció el uso de prácticas antisindicales por parte de la empresa, fue el de Movigas, cuyo proceso se hizo público tras una denuncia de la directiva del Sindicato de Trabajadores de la compañía que acusó desconocimiento del contrato colectivo, presiones a los trabajadores sindicalizados, incentivos económicos arbitrarios y otros.
Situaciones como esta no sólo se repiten en la empresa privada, el sector público también ha sido testigo de conflictos entre altos mandos y funcionarios. En reiteradas ocasiones, el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) ha denunciado problemas con la gerencia e intenciones de ésta de querer desprestigiar al gremio, cosa que la estatal ha negado.
Las denuncias por parte de los funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag) en contra del director regional de la entidad respecto a abusos y despidos injustificados, son otro ejemplo.
Nuevos casos
Y la historia sigue. Es así que durante las últimas semanas en el marco de la marcha nacional realizada por la Central Unitaria de Trabajadores (Cut) de Magallanes, se conocieron nuevos conflictos sindicales en la región.
La negociación colectiva que ha emprendido el Sindicato de Trabajadores de Maqsa -filial de Salfa- con la gerencia y que lleva varios días, no ha tenido buenos resultados, pues la empresa ha continuado con su régimen de despidos de casi 40 trabajadores sindicalizados.
Después de la última reunión de la semana pasada, el sindicato espera que la empresa decline los despidos. Sin embargo, mantienen bajas expectativas y aseguraron que llegarán hasta el Senado, de ser necesario. “No hemos tenido una respuesta positiva de la empresa y nuestra idea es seguir esto hasta las últimas instancias y si es necesario llegar al parlamento, lo haremos”, explicó el presidente del sindicato, Germán Herrera.
El Sindicato de Trabajadores de Correos de Chile, por su parte, está viviendo por estos días otro proceso de negociación colectiva en demanda de un reajuste salarial que no han recibido en años de servicio, según comentó su presidente sindical, Pablo Gárnica.
“La empresa ha dicho que no a todo lo que hemos pedido en la mesa de negociación. Estamos pidiendo un reajuste de sueldo que no hemos tenido. Si bien la empresa propone un bono de término de conflicto, no es suficiente, porque la desigualdad entre el gerente y el trabajador es abismante, el gerente general gana un sueldo cercano a los $13 millones, casi 80 veces más que un trabajador de planta”, expuso el dirigente.
La negociación de esta empresa se inició el 5 de julio con 15 días para la mesa de negociación. Sin embargo, los trabajadores ya anunciaron su disposición a enfrentar un proceso de huelga de no haber una respuesta positiva de la empresa.
Un reciente proceso del que se tuvo conocimiento es la negociación entre los trabajadores del Hotel Cabo de Hornos y su gerencia, la que estaría incurriendo en prácticas antisindicales con un seguimiento excesivo de la jefatura y nula respuesta al petitorio de los trabajadores, según informó el grupo de trabajadores afectados a la Confederación General de Trabajadores (CGT), un nuevo conflicto que, por ahora, tampoco vislumbra solución.
Es en torno a este tipo de casos que la Cut, a través de su presidenta en Magallanes, Jessica Bengoa, hizo un llamado a cambiar el actual Código del Trabajo. “Hoy día se hace necesario generar una transformación profunda de la institucionalidad laboral de nuestro país que, en especial, reconozca la negociación colectiva y que valide el sindicato como único negociador ante la empresa, donde también se pueda capacitar a los trabajadores. La idea es que estas situaciones y abusos no sigan ocurriendo”, sostuvo.
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