miércoles, 6 de agosto de 2014

Victima de supuestos abusos: “En mi interior sabía que no estaba bien, pero confiaba en él porque era mi profesor”


FUENTE  :   PRENSA AUSTRAL



Por más de 90 minutos declaró ayer la joven de actuales 19 años en el juicio oral que se sigue en contra del profesor y entrenador de básquetbol Víctor Vergara Sanhueza. Tenía 17 años cuando supuestamente habría sido objeto de tocaciones por parte del acusado mientras se preparaba para postular a la Escuela de Investigaciones. La declaración de la presunta víctima, quien entregó un conmovedor relato de diversos episodios en que se habría visto envuelta, se realizó a puertas cerrada ya que los jueces ordenaron el desalojo de la sala a fin de proteger a la joven.
“En la primera clase me puso a trotar y me dijo que tenía que apretar los pechos, eso me pareció extraño. La segunda clases me los tocó y me dice que los íbamos a afirmar, que con el ejercicio íbamos a arreglarlos, porque las mujeres se veían mejor así”, relató la joven mientras daba cuenta al Tribunal sobre las tocaciones que el acusado le habría realizado, situación que se habría repetido en diferentes oportunidades por encima de la ropa, lo que varió días antes de interponer la denuncia, ya que le habría pedido que se descubriera la parte de arriba, a lo que ella se negó.
La acusadora abordó diversos pasajes del trabajo con su entrenador, comentando varios episodios anómalos. “Me dijo que no usaba ropa interior, no se por qué me lo dijo, pero yo lo sentía cuando apoyaba sus genitales en mi espalda y en mi nuca cuando yo alongaba. Me dijo que tenía que usar ropa más ajustada, porque yo vestía una polera suelta y un buzo deportivo. Sentía que cuando me abrazaba él pegaba mucho su cuerpo a mi, eso lo hacía después que terminaba los ejercicios. A veces, después que me tocaba los senos, me abrazaba y yo sentía su erección en mi abdomen”, entre otras afirmaciones de la joven.
No obstante, lo más conmovedor de su relato fue cuando recordó lo ocurrido en el gimnasio de la Universidad de Magallanes, lugar donde, según sus palabras, “puso mi pierna sobre su hombro, y empezó a pegar su cuerpo hacia mí. Le dije que me dolía, que parara, entonces puso su mano sobre mi vagina mientras yo le pedía por favor que no. Ahí me tomó en brazos, y me apegó a su cuerpo, fue cuando sentí sus genitales y él me decía ‘tranquilita, tranquilita. Que rico sentirte’”, relató la denunciante, muy afectada con voz entrecortada, añadiendo que en ese instante apareció una persona en el gimnasio, tras lo cual ella pidió irse a su casa, siendo esa la última oportunidad en que fue a las sesiones de preparación física.
El momento en que la víctima le relató a los jueces cómo le contó a su madre lo que estaba viviendo, su voz se quebró definitivamente debiendo hacer una pausa para continuar con su testimonio.
“Estoy acá para evitar que lo que me pasó a mí le pase a otra niña, el revivir todo esto es como si me hubiese pasado ayer, es sentir que se te muere una parte del alma”, apuntó la joven. Al ser consultada del por qué si le afectaba tanto lo que le ocurría con su profesor nunca dijo nada, la joven señaló: “Nunca dije nada por qué tenía miedo”, concluyó.
La declaración de la presunta víctima estuvo a punto de no realizarse, luego de que el fiscal Fernando Dobson solicitara un biombo para proteger la identidad de la víctima, lo que fue rechazado por el Tribunal, a lo que la joven señaló que no declararía sino existían tales garantías. Fue ante ese escenario que el Tribunal, haciendo uso de las facultades que le confiere la ley, solicitó el desalojo de la primera sala del Tribunal Oral de Punta Arenas, lo que permitió a la víctima declarar en presencia sólo de los abogados y jueces.

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