miércoles, 6 de noviembre de 2013

Horrible final

FUENTE   :   EL PINGUINO
 
 
Horrible final


El silencio se rompió ayer, el mismo que acompañó los siete días en que se prolongó el dolor, la incertidumbre. Ruth Elizabeth Velásquez Vargas, de 33 años, madre de dos hijos, aparecía sin vida en el Vertedero Municipal de Punta Arenas, a cerca de tres metros de profundidad.
Jornada de martes. Todo se había sucedido muy rápido, desde las diligencias de la Brigada de Homicidios de la PDI, la concurrencia al lugar del fiscal Felipe Aguirre Pallavicini y la detención del presunto autor: Héctor Briones Gatica.
Justamente era él, el esposo de Ruth, quien de manera paralela al inicio del trabajo en terreno, llegó voluntariamente hasta dependencias de la Fiscalía de Punta Arenas (en el pasaje España) para solicitar una entrevista personal con el fiscal Felipe Aguirre. Días antes había prestado declaraciones ante la PDI, dejando en los detectives un sabor agridulce, de saber que habían contradicciones pero no una confesión de autoría.
A diferencia de esa vez, donde permaneció por cerca de tres horas en el cuartel de la PDI, Briones decidió confesar. Él había terminado con la vida de la joven mujer y, en cosa de minutos, urdido un plan a todas luces macabro: deshacerse del cuerpo en el vertedero ubicado en el km 9 y medio sur de Punta Arenas.
Las diligencias, que se iniciaron el sábado (ver Diario El Pingüino Domingo), continuaron ayer en la mañana con la observación del posible punto donde se encontrarían los restos. Poco antes de las 15 horas llegó hasta el lugar la maquinaria pesada, señal inequívoca de que comenzaría la búsqueda. Media hora después, la certeza. En el lugar se constituía el fiscal Felipe Aguirre.
De manera paralela, Briones prestaba declaraciones en la Fiscalía Local de Punta Arenas y era trasladado al cuartel de la PDI.
Ya cerca de las 18 horas la información apuntaba a un autor confeso y a la ubicación exacta de los restos.
El presunto homicida
Las labores de búsqueda de mantuvieron “stand by” a la espera que el propio detenido señalara el lugar exacto. Así ocurrió, cerca de las 19.30 horas una unidad policial salió rauda desde las instalaciones de calle Errázuriz, dirigiéndose de inmediato por Costanera Sur hasta la Ruta 9, con destino hacia el vertedero.
El presunto autor (inocente hasta que se pruebe lo contrario, pese a estar confeso) llegó hasta el lugar fuertemente custodiado, cubriendo buena parte de su cabeza y rostro con una capucha. Con movimientos lentos y que evidenciaban tranquilidad, dialogó con los policías, entregando la información necesaria para el inicio de las excavaciones.
Los operadores de las dos máquinas dispuestas comenzaron su trabajo. Junto a ellos los peritos y los detectives de la Brigada de Homicidios de la PDI.
A las 21.45 horas, y mientras la noche se dejaba caer, las dudas se disipaban. Los restos de Ruth aparecieron, tal como aseguró haberlos dejado Briones. Estaban cubiertos con bolsas plásticas y lo que parecía ser una frazada. La escena estremecía.
Minutos después, el detenido fue nuevamente trasladado hasta el cuartel de la PDI, cerrándose con ello una jornada extenuante.
El caso, ahora cerrado en lo policial, inicia a partir de hoy su etapa judicial, donde se deberá controlar la detención de Héctor Briones Gatica, formalizar, dictar las medidas cautelares y fijar un plazo por el cierre de la investigación.

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