viernes, 11 de noviembre de 2011

Abuelita símbolo apela a la generosidad

FUENTE : EL PINGUINO
La ternura de Mercedes Carrillo ayudó a elegirla “abuelita símbolo” de las Jornadas de Magallanes 2011. Es viuda, tiene tres hijos adultos y confiesa que nunca se le pasó por la mente que alguna vez llegaría a necesitar tanto apoyo médico profesional.
Hace ocho años que asiste tres veces a la semana (martes, jueves y viernes) al Centro de Rehabilitación del Club de Leones Cruz del Sur. Cuenta que llegó por intermedio de una kinesióloga que trabajaba en este lugar, y que un día le dijo que había un cupo. Antes de esto, tuvo el apoyo particular del profesional Avelino Fernández, de quien conserva los mejores recuerdos y agradecimientos. “Estuve años con él, y siempre me atendió muy bien”.
Pero como el centro de Las Naciones le abrió las puertas, comenzó a recibir la terapia que necesitaba. De eso han transcurrido varios años y hoy se siente la mujer más feliz y muy bien acogida. “El día que no me corresponde ir me siento mal, porque llegar ahí es sentirse recibido por una verdadera familia”, dice en relación a la acogida y cariño que le brindan.
Del Centro de Rehabilitación tiene la mejor opinión. “Los terapeutas, kinesiólogos, sicólogos te reciben con un beso y siempre están preocupados de uno. Desde la señora que hace el aseo al médico, son todos igual de cariñosos”, destacó Mercedes Carrillo.
¿Cómo llega al centro?
En 1982 fue intervenida quirúrgicamente, pero después se le abrió la operación y perdió mucha sangre. La llevaron de urgencia al hospital y tuvieron que hacerle una transfusión, a través de la cual recibió un virus. En 1993 empezó a sentir fuertes dolores en las piernas, los que se fueron intensificando cada día más hasta que fue al médico y le detectaron un “virus tropical a la médula”. Esto le provocó estragos de la cintura hacia abajo, provocándole serios problemas para caminar, los que mantiene hasta los días de hoy. No niega que la rehabilitación le ha ayudado mucho, porque no hay remedio. Claro que es un proceso lento y por eso concurre tres veces a la semana, los martes, jueves y viernes.
Confiesa que le gusta tejer, pintar y hacer diferentes manualidades. Participa en el centro Amar y actualmente asiste a un curso de pintura. “Esto me ayuda a distraerme y no pensar tanto en mi enfermedad”, y con una tierna coquetería nos pide que en vez de colocar que tiene 74 años invierta los números: 47.
A colaborar
La “abuelita símbolo” es la primera en hacer un llamado a colaborar con las jornadas de mañana. “Me gustaría que la gente ayude, porque nadie sabe si alguna vez puede llegar al centro”. Comparte la preocupación de los dirigentes del Club de Leones por la ausencia de los estudiantes en la recolección de dinero en las calles con las alcancías. “Es necesario que todos se pongan una mano en el corazón y la otra en el bolsillo. No hay que olvidar que un granito con otro hacen mucho”, remarcó.

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