La angustia del hombre da para todo, pero la "gracia" que se mandó un boliviano superó todos los límites. Resulta que un burrero de 55 años falleció en el mes de mayo luego que se le reventara uno de los 60 ovoides que llevaba en la guatusi.
Los médicos realizaron un informe a la rápida y declararon que su muerte se debió a un ataque al cucharón sin pescartarse de que la coca lo había mandado de un solo mangazo al Cielo.
Pero el encargado de recibir el cargamento no se quiso quedar con los brazos cruzados y decidió recuperar su merca, para lo cual fue de noche al cementerio y profanó la tumba del infortunado burrero.
Ahí mismo, presumiblemente con un cuchillo, abrió la guata y entre las vísceras descompuestas sacó los ovoides. Los polis investigan el caso.
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